Si trabajas en el tercer sector, probablemente tienes una gran capacidad de empatía, un corazón comprometido y una energía que parece inagotable. Pero… ¿te detienes de vez en cuando a preguntarte cómo estás? ¿Te escuchas? ¿Te permites descansar? El autocuidado no es un lujo. Es una necesidad. Una responsabilidad hacia ti y también hacia las personas a las que acompañas.
¿Qué entendemos por autocuidado?
Cuidarse no es solo hacer una pausa o irse a dormir temprano (¡que también!). Es aprender a poner límites, reconocer cuándo algo te sobrepasa y saber que pedir ayuda no te hace menos fuerte —al contrario. El autocuidado es satisfacer las propias necesidades para mantener el equilibrio personal y profesional. No es un acto egoísta, sino una competencia clave para garantizar una intervención de calidad y sostenible en el tiempo.
El autocuidado pasa por…
- Escuchar tu cuerpo y tus emociones.
- Decir “no” sin culpa.
- Darte espacios para respirar, descansar y reconectar contigo.
- Buscar apoyo cuando lo necesitas.
- Priorizarte un poco cada día.
Y esto no es egoísmo. Es salud. Es sostenibilidad emocional.
¿Por qué es tan importante el autocuidado en el tercer sector?
Las profesiones del tercer sector están expuestas a situaciones de estrés, frustración y agotamiento, que pueden derivar en el síndrome de burnout si no se gestionan adecuadamente.
El cuidado de las personas requiere estar presentes, empáticos y emocionalmente disponibles. Para lograrlo, primero es necesario cuidarse a uno mismo.
El autocuidado mejora la calidad de vida dentro y fuera del trabajo, favorece la cohesión de los equipos y contribuye a la satisfacción laboral.
Algunas prácticas de autocuidado para empezar hoy mismo
- Autoescucha corporal y emocional: detecta señales de alerta como la fatiga, la irritabilidad o la desconexión emocional. Tu cuerpo habla.
- Decir “no” sin culpa: poner límites es cuidarte y cuidar tus relaciones.
- Respirar, literalmente: haz pausas conscientes, practica mindfulness o simplemente detente para reconectar con el presente.
- Descanso y alimentación: dormir bien y comer de forma equilibrada no son extras; son la base.
- Apoyo social: rodéate de personas que te entiendan y con quienes puedas hablar o desahogarte sin filtros.
- Formación y autorreflexión: conocerte mejor y tener herramientas para gestionar las emociones marca la diferencia.
- Mover el cuerpo: no por obligación, sino por placer. Bailar, caminar, estirarte… el movimiento libera.
Y si necesito ayuda para cuidarme… ¿qué puedo hacer?
Hay momentos en los que no basta con las buenas intenciones. A veces hace falta alguien que te acompañe, que te sostenga, que te escuche sin juzgar.
En el Espacio Terapéutico de Benestarum te ofrecemos ese lugar seguro, cálido y profesional donde puedes:
- Hacer terapia individual (tanto si eres profesional como si eres madre o padre).
- Recibir apoyo emocional para niños, niñas y adolescentes.
- Trabajar en terapia de pareja o familiar.
- Compartir vivencias en espacios grupales de autocuidado.
- Tener acompañamiento específico en la crianza de tus hijos e hijas.
- Recibir asesoramiento como profesional del tercer sector.
👉 Para más información, puedes consultar este enlace.
ESCUCHAMOS, ACOMPAÑAMOS Y BRINDAMOS SOPORTE ONLINE
Benestarum es el servicio de salud global que puedes ofrecer a las personas trabajadoras de tu empresa, para mejorar su bienestar.